Educar a los niños, su prioridad
La ganadora del premio Portafolio 2019 en la categoría Mejor Estudiante es administradora y profesional en Gobierno y Asuntos Públicos de la Universidad de los Andes. Mientras cursaba ambos programas en Bogotá, viajaba a menudo al Llano para dar clases a niños que se habían quedado sin escuela por causa de un derrumbe y para los que creó la Fundación Anne-Marie. Al tiempo que mantiene ese proyecto, se enfoca en montar una empresa con un fuerte sentido social.
Ana María Corrales Aguirre es una llanera incansable de 25 años que, desde hace 10, se la juega por la educación de los niños de San Joaquín y otras veredas de Cumaral, el municipio del Meta donde se crio.
Su objetivo es motivarlos para que al menos terminen el bachillerato, pues en las zonas rurales es común que los niños abandonen la escuela a los 12 años para trabajar, mientras que a las niñas las sacan para que ayuden en la casa, cocinen, limpien y cuiden de sus hermanos menores.
También pretende que la instrucción que reciben tenga la misma calidad de la que se imparte en las grandes ciudades, y que, si no quieren continuar los estudios superiores, lo hagan con conocimiento informado.
Este sueño, que no es el único, comenzó diez años atrás. Un derrumbe ocasionó el cierre de una escuela de la vereda San Joaquín. En un primer momento, Ana María pensó que todos los niños serían reubicados; pero su madre, Ana Beatriz, le abrió los ojos diciéndole que, por las distancias, era muy difícil que fueran a otra escuela y seguramente dejarían de estudiar.
Entonces decidió crear su primera organización con un fuerte sentido social: la Fundación Anne_Marie. “El nombre los escogieron los niños. Querían que se llamara Ana María, pero me oponía a que llevara mi nombre. Finalmente aceptaron que fuera en francés, por lo menos”, recuerda tras una sonrisa incómodada esta joven modesta, a la que le cuesta reconocer sus logros o creerse merecedora de reconocimientos.
Al principio, los estudiantes y los profesores eran pocos y trabajaban en una mesa en la finca de la familia. Por eso, mientras estudiaba, Ana María preparaba los materiales los jueves por la noche y viajaba a Cumaral los fines de semana cada 15 o 20 días para dar las clases. Hoy son alrededor de 80 niños, entre 4 y 16 años, además de 13 voluntarios que dan tutorías académicas en diferentes temas, incluyendo teatro.
“Mi propósito es que ellos puedan cumplir sus sueños, y la educación es el mejor camino para alcanzarlo —comenta—. Muchos de los niños más grandes quieren seguir estudiando, pero carecen de los recursos económicos y a menudo no alcanzan los puntajes mínimos para ganar becas. No es tan fácil y tenemos mucho camino que recorrer para aportar más calidad y que salgan mucho mejor preparados”.
Actualmente, están desarrollando un programa para que quienes quieran, puedan estudiar en el Sena.

Foto: Felipe Cazares
La mano de Quiero Estudiar
Desde que era muy pequeña, Ana María soñaba con estudiar en Los Andes. Sus papás leían noticias en El Especta dor, El Tiempo y Semana , en las que salían muchos expertos de esa universidad y de la Nacional, a la que también admira. El reto estaba en conseguir los recursos para entrar, pues en su casa no tenían cómo apoyarla económicamente. En la página web de la Universidad encontró el programa de becas Quiero Estudiar, se presentó y pasó. “Al principio no sabía cómo me iba a mantener en Bogotá, pero no me importó, había pasado y estaba feliz”. Finalmente, mientras estudiaba trabajó en Los Andes y se apoyó con análisis de proyectos financieros para terceros, algo que aprendió en los primeros semestres y para lo que descubrió ser buena, entre otras actividades.
Antes de entrar se debatía entre Derecho y Administración. Por un lado, por la dura infancia de su madre, procedente de una familia de extrema pobreza y que soportó distintos abusos, se inclinaba por luchar contra la injusticia y proteger al más indefenso. Por el otro, ya tenía clara una meta que hoy mantiene: quería montar una empresa con un fuerte sentido social, que no estuviera enfocada en solo dar ganancia, sino en ayudar.
Al final se inclinó por Administración, pues tenía “un poco de todo”: finanzas, derecho, matemáticas, logística y responsabilidad social.
Avanzada la carrera, sentía que algo le faltaba e incluso pensó en retomar la idea de Derecho, pero un amigo le recomendó una materia de la Escuela de Gobierno y le encantó. Así optó por cursar su segundo programa, en Gobierno y Asuntos Públicos. No sueña con hacer política, pero sí contribuir con las políticas públicas del país.
Fue voluntaria para dar clases los sábados durante un semestre en el cual la Universidad, por primera vez, recibió niños de Bienestar Familiar y de los Centros de Atención Especializados, lugar para adolescentes declarados responsables penalmente. Casi nadie quería participar, quizás por miedo, pero ella sintió que debía motivarlos a seguir estudiando. Allí ratificó una vez más que uno de los pilares de su proyecto de vida es la educación.
“A veces siento un poco de pena con los profesores de profesión; creo que debería estudiar algo relacionado con educación”, reconoce. Pero esta decisión llegará en el futuro. Mientras tanto, lee mucho del tema y pone en práctica lo que aprende.
Cuando era estudiante, sus semanas empezaban muy temprano, aunque le cuesta mucho madrugar. Hoy sigue siendo muy sistemática y mantiene la agenda organizada por horas. Escribe y lee para meditar. Es muy curiosa y una ávida lectora, analítica y reflexiva. Por el momento, está enfocada en su familia, en adquirir más experiencia, en pensar el tipo de empresa que quiere fundar y en continuar con la fundación que lleva su nombre en francés. Su proyecto de vida apenas comienza.
Unicef ha apoyado a la fundación por medio de sicólogos, quienes han ayudado a manejar los casos más difíciles: abusos, violencia y problemas en los hogares. |
Donar sin gastar dinero
Donar sin gastar dinero
La plataforma ThanksToYou recauda fondos para causas sociales utilizando mercadeo emocional. Su modelo se basa en la publicidad y es una nueva modalidad de recaudación de fondos en Colombia.
Por: Laura Natalia Gómez Londoño
En Colombia ocho de cada diez personas tienen intención de contribuir a causas sociales, pero solo una de esas ocho dispone de los recursos y medios de pago para hacerlo, según el reporte anual del World Giving Index. Saber esto llevó al ingeniero de sistemas uniandino Daniel Forero y su amigo el publicista Jaime Andrade a crear una empresa emergente que no pide dinero ni manejo de pagos electrónicos, sino tiempo de los usuarios para ver anuncios comerciales y, de esa forma, ayudar a fundaciones.
ThanksToYou nació en agosto de 2018 como producto de la inquietud por la innovación que se despertó en ambos emprendedores cuando se conocieron en el campus de Los Andes, lugar que describen como “un espacio no solo para aprender, sino también para crear”.
El emprendimiento es una plataforma web que hace sinergia entre tres partes: las marcas, que publicitan sus productos; las fundaciones, que promocionan sus programas sociales en busca de donantes, y la audiencia, que acepta ver la publicidad a cambio de que los anunciantes entreguen dinero al proyecto de su preferencia.
FUNCIONAMIENTO DE LA PLATAFORMA
1. La persona que desea donar debe registrarse con alguna de estas tres opciones: Correo electrónico, Facebook o Google. | ![]() |
2. El usuario selecciona una iniciativa afín a sus gustos –animales, salud o empoderamiento femenino entre otras. | ![]() |
3. El usuario puede ver un máximo de tres anuncios por sesión –cada 24 horas–. La publicidad se presenta en dos formatos: anuncio interactivo o video. | ![]() |
4. Por cada interacción completada, la marca aporta entre 70 y 140 pesos a la iniciativa que el usuario seleccionó. ThanksToYou recibe 35 pesos adicionales por cada interacción completada, que representan su ganancia. | ![]() |
“Para las marcas, cada interacción con su contenido tiene un valor; lo que hicimos fue encontrar la manera de monetizarlo para entregarlo a causas sociales”, explica Forero, magíster en Ingeniería, quien además precisa que los datos obtenidos en el registro les ayudan únicamente a segmentar mejor la publicidad, por lo cual no los venden ni comparten.
Este beneficio múltiple se construye a través del mercadeo emocional, disciplina que busca generar vínculos afectivos entre las marcas y las audiencias. A diferencia del mercadeo tradicional, produce un efecto más perdurable, ligado al alto grado de empatía que despierta entre el público. Estos contenidos emocionales y afectivos calan en el lado más humano de las personas, y los anunciantes se benefician de esa segmentación precisa, pues obtienen resultados como tasas de clics más elevadas.
Derecha: Daniel Forero; Izquierda: Jaime Andrade, Creadores de ThanksToYou.
En año y medio, la plataforma ya cuenta con 1.000 fundaciones interesadas en participar. Pero no todas aparecen simultáneamente, sino que ThanksToYou selecciona las que tengan mayor afinidad con las marcas anunciantes en ese momento y las va rotando en cuanto se alcanza su meta de recaudo (por ejemplo, si el aviso es de comida para mascotas, aparecerá el proyecto de una organización sin ánimo de lucro que se ocupe de animales abandonados). Así, cada vez, el usuario dispone de cerca de ocho posibles destinatarios de su acción filantrópica.
La proyección de los emprendedores con su negocio es consolidar el modelo en Colombia y abrir la plataforma en otros países de Latinoamérica para seguir fomentando la cultura de las donaciones invirtiendo solamente algunos segundos de nuestro tiempo.
RESULTADOS DE THANKSTOYOU.CO DESDE SU CREACIÓN
USUARIOS
TOP 5 DE LAS CAUSAS MÁS INFLUYENTES
Infografías: Faver Rodríguez
Más información en thankstoyou.co
Un pódcast para contar historias Uniandinas
Un pódcast para contar
Con 12 capítulos de relatos de vida de estudiantes, egresados, profesores, trabajadores y jubilados de la Universidad de los andes, el pasado 24 de abril se estrenó este proyecto que revela, a través de audios, aspectos de la comunidad más allá de la academia.
"Las cosas de la vida, aunque sean buenas, no salen solas adelante. Nunca he sabido por qué me meto en ellas, pero una vez allí, trabajo duro para concretarlas”. Así comienza a hablar de Historias Uniandinas, con un acento muy cachaco, Gustavo González Couture, profesor de la Facultad de Administración, presentador y entrevistador de los personajes de esta iniciativa.
Con 74 años, tiene la experiencia para saber a cuál idea sumarse y llevarla más lejos. De nacionalidad estadounidense, y con un examen reprobado para ingresar a cursar su pregrado en MIT o Princeton —donde su mamá quería que estudiara—, llegó a Colombia y recuerda que no hubo nada mejor. Aquí conoció a su esposa, con quien vivió durante 47 años, hasta su fallecimiento, y tuvo a sus cuatro hijos.
Su viaje a Colombia lo unió a otra buena idea, además del matrimonio: la Universidad de los Andes.
“Es que, desde sus inicios, está hecha por gente que la ama. Gente que le ha entregado su vida a la educación no por dinero ni prestigio, sino por pasión, porque desde que abrió sus puertas ha sido un proyecto esperanzador”.
La misma inclinación por lo bueno que lo unió a su esposa y a la Universidad lo vinculó con el pódcast Historias Uniandinas.
“Este programa cuenta anécdotas de gente de carne y hueso que es la que hace esta Universidad. Llevarlo a cabo me confirmó que esta atrae a personas de cualquier nivel y las prepara para aportar algo significativo al país. Quienes dicen que Los Andes está de frente a Monserrate y de espaldas al país no saben de lo que hablan”, afirma Gustavo.
El profesor le metió el corazón a este proyecto para sacarlo adelante, pues luego de toda una vida de trabajo en Uniandes reconoce que esta le ha dado más de lo que él ha podido entregarle.
Si quiere contarnos su historia, por favor, escríbanos a egresados@uniandes.edu.co y/o cuéntenosla a través del WhatsApp +571 3102699788 |
Un visitante muy peculiar
Un visitante muy peculiar
Foto: Keydy Vásquez Romero,
secretaria técnica del Comité Institucional para el Cuidado y Uso de Animales de Laboratorio (CICUAL) de Uniandes.
Durante esta época de cuarentena, el 8 de mayo de 2020, un salón de clases de Los Andes recibió un visitante muy especial: un búho de la especie Asio stygius, que, aunque es común en Bogotá, no suele aparecer en las aulas. Igual que este ejemplar, son numerosos los reportes en todo el mundo sobre el avistamiento de animales en hábitats de los que habían sido desterrados por el hombre: delfines en Bocagrande, halcones en el centro de Bogotá, guacamayas que llegan a los balcones y reciben alimento de la mano de la gente, leones que toman el sol en medio de la carretera en África…
Para Jorge Molina, director del Departamento de Ciencias Biológicas de Los Andes, el confinamiento obligatorio nos ha llevado a redescubrir la naturaleza del entorno inmediato y en ello ha jugado un papel importante el uso de sentidos distintos al de la visión, como el oído. “No es que los pájaros estén cantando más duro, ellos cantan a la misma intensidad. Lo que pasa es que el ruido de fondo de la ciudad los opacaba”. El profesor intervino en el encuentro “Unos minutos después… los animales caminaban por la ciudad”, del proyecto Kaleidoscorto de Bogoshorts, en el que participa la Universidad de los Andes.

Foto: Yasin Akgul – AFP
Este delfín nadaba el 26 de abril en el Bósforo, frente a Estambul, aprovechando que el tráfico marítimo fue prácticamente suspendido por el confinamiento impuesto por las autoridades.
Foto: Ben Stansall - AFP
Este ciervo fue captado el 4 abril cruzando la carretera de Harold Hill al este de Londres y mezclándose con el tráfico, cuando Inglaterra ya estaba en cuarentena.
Un arquitecto de la economía en Colombia
Un arquitecto de la economía en Colombia
Foto: Roger Triana - Archivo Universidad de los Andes
La estructura económica del país le debe mucho a este profesor de la Universidad de los Andes fallecido en septiembre de 2019 en Boston (Estados Unidos). Es reconocido a nivel internacional por sus aportes a la academia y al sector público en Colombia.
Cuando Guillermo Perry debió escoger una carrera universitaria le gustaban la literatura, las matemáticas y la filosofía, en ese orden. Pero descartó la primera porque siempre le pareció “demasiado hermosa como para volverla una profesión de la cual uno viviera”, según le contó a Isabel López Giraldo en una entrevista que publicó el diario El Espectador y que reprodujo a propósito de su muerte repentina.
El gusto por las letras no lo abandonó nunca. Era lector voraz de toda clase de novelas y escritor inédito de cuentos y poemas, aunque se graduó de ingeniero industrial de la Universidad de los Andes, se doctoró en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y ocupó altos cargos en los sectores público y privado.
Fue ministro de Hacienda y de Minas y Energía en dos gobiernos distintos, director e investigador de Fedesarrollo, miembro de la Asamblea Nacional Constituyente en 1991, senador por el partido Liberal, no sin antes haber coqueteado con la izquierda; subdirector de Planeación Nacional, y economista jefe para América Latina y el Caribe en el Banco Mundial, entre múltiples cargos.
Guillermo Perry fue uno de los arquitectos del modelo económico colombiano en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991.
También tuvo tiempo para la academia, sobre todo en Los Andes. Allí fue miembro del Consejo Superior, docente de la Facultad de Economía, director del Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico y profesor Distinguido de esa facultad durante los últimos ocho años.
Sus colegas no ahorran elogios para referirse al legado de este boyacense que no concebía la vida sin la cultura y era un viajero incansable. Admiran su inteligencia, su claridad mental, su carácter gocetas, sus críticas agudas y su capacidad para influir en la definición de las políticas públicas.
Cuando decidió no estudiar literatura estaba seguro de que siempre escribiría. Lo hizo hasta el final de su vida. Sin saber que era una despedida, decidió compilar sus memorias que recogen 50 años de historia económica en Colombia en su última obra, Decidí contarlo, publicada un mes antes de su fallecimiento. Sin duda, uno de sus mayores legados.
Roberto Zarama, transformador de vidas
Roberto Zarama, transformador de vidas
Foto: Felipe Cazares
A los 67 años murió el mentor del programa Ser Pilo Paga. Un maestro que transformó la vida de muchos estudiantes, colegas y amigos. El hombre cuyo espíritu solidario ayudó a materializar el sueño de jóvenes de escasos recursos a través del acceso a la educación superior.
“Roberto fue uno de esos buenos libros que uno quisiera que nunca acabara, de esos que uno quisiera tener siempre en su mesa de noche para poder releer muchas veces”. Así describe Julio Villarreal, su colega y amigo, al profesor de Ingeniería Industrial de Los Andes fallecido en febrero de 2020.
“Cuando soñamos solos, es nada más que un sueño. Pero cuando soñamos juntos comienza la realidad”,
Roberto Zarama (1952-2020)
Otros recuerdan a Roberto Zarama por haber creado, con su estudiante de doctorado Juan Felipe Penagos, Ser Pilo Paga, el programa de becas que logró que cerca de 40.000 estudiantes con los mejores resultados en las pruebas Saber 11 ingresaran a universidades acreditadas del país. A esto lo llevó su pasión por la matemática, combinada con una invaluable sensibilidad social fundamentada en ayudar a quien no conocemos.
De hecho, también lideró la creación de la Fundación CeiBA, entidad sin ánimo de lucro conformada por siete universidades aliadas para generar capacidad regional en ciencia, tecnología e innovación, que ha financiado a 600 estudiantes de investigación.
En su columna de El Espectador, del 15 de febrero de 2020, Mauricio García Villegas habla de cómo lo conoció cuando estudiaba bachillerato en un plantel religioso: “Roberto era el profesor de teatro de ese colegio y no podía desentonar más en el conjunto de los docentes: tenía una cultura cosmopolita (había estudiado en París y en Londres), hablaba con nosotros como si fuera un amigo, vestía de manera extravagante, era ingenioso e inteligente y enseñaba con una creatividad intempestiva que despejaba nuestras mentes”.
Zarama se vinculó a Los Andes en 1998 como profesor del Departamento de Ingeniería Industrial y, entre 2001 y 2013, se desempeñó como director de esa dependencia. En todos esos años muchos experimentaron sus aportes a la innovación en procesos pedagógicos centrados en la lúdica seria que implementaba en algunas de sus clases para hacerlas más amenas y comprensibles.
Un llamado a aceptar la diversidad
Un llamado a aceptar la diversidad
Foto: Felipe Cazares
Inclusión con amor es el poema que escribió y recitó Rosemberg Morales, durante uno de los talleres de formación organizado por la Academia de Liderazgo para la Paz (AlaPAZ) en 2020.
Este proyecto de la Fundación Compaz y la Escuela de Gobierno actualmente cuenta con cerca de 100 graduados.
Conoce el poema aquí:
Inclusión con amor
Una capacidad
es más que una habilidad,
una habilidad
es más que un talento.
No quiero oír una mala palabra,
no quiero oír un rechazo,
no quiero oír una exclusión.
No quiero cambiar lo que soy por otros.
Mi alma es una vieja en un cuerpo de joven.
Mi corazón es un corazón inocente en una mente sabia.
Mis ojos están en mi bastón,
mis piernas están en mi silla,
mi boca esta en mis movimientos,
en mis manos, en el océano
y mis oídos están en la voz del corazón.
Acéptame como soy.
Mira primero mis capacidades
Y ve más allá de mí;
y encontrarás maravillas que encantan al mundo.
Mujeres de mi vida,
que se desvanecieron como pálidas sombras en el amanecer,
pero al anochecer se convierten en rosas de pétalos elegantes,
que brillan resplandecientes como la luz de la luna,
que hace que mi realidad sea una bonita fantasía.
Hay caminos difíciles cómo fáciles, pero yo
escojo el camino que tenga las dos opciones.
Quiero un camino incluyente,
un camino con buena movilidad,
una movilidad amigable con todos y todas.
Una sombra negra siempre me acompaña,
en el día como en la noche, ella me guía
por el camino correcto,
Cuando alguien me ignora.
Esta sombra negra pasa sobre el problema y lo vuelve en una solución.
Soy hábil y diverso,
soy talentoso y alegre,
soy amable y amoroso,
soy incluyente y generoso.
Con mis actos hago la diferencia.
No es discapacitado, no es discapacidad.
Soy un ser humano con muchas capacidades,
Quiero que me llames por mi nombre,
no quiero que me veas como obstáculo,
Quiero que me veas como una luz de esperanza.
Los ecos al fondo del sendero se escuchan una y otra vez,
de pronto, un silencio mágico apaga los ecos del sendero.
Desde lo lejos una imagen de una niña, vestida de un blanco lleno de liz,
es un ángel que endulza la vida.
El día se va despacio,
la tarde colgada de un hombro,
la noche no se quiere ir.
Yo aún no encuentro mi camino
y ya es tarde, mi fortaleza, es encontrar la luz
al final de las montañas.
Paso y no me encuentro,
las personas pasan y soy invisible.
Mi alma pasa y soy invisible.
Visible soy como el arcoíris
que sale después de la lluvia en la mañana.
Rosemberg Morales Cruz.
“La salsa seguirá uniendo y haciendo feliz a la gente”
Fotos: Felipe Cazares
La Universidad de los Andes rindió un homenaje de vida y obra a Julio Ernesto Estrada, pionero de la salsa en el país y fundador del reconocido grupo Fruko y sus Tesos, en sus más de 55 años de carrera musical.
La salsa no desaparecerá de Colombia, sino que seguirá siendo un puente de unión entre culturas y razas, dijo con certeza Julio Ernesto Estrada, más conocido como Fruko y uno de los pioneros de la salsa en el país.
Sus más de 55 años de vida artística y un vasto conocimiento sobre la música lo convirtieron en protagonista de un homenaje de vida y obra que le rindió el Centro Cultural de la Universidad de los Andes este año, en el marco de la Ruta Patrimonio de la Música Colombiana.
“Hago música para que la gente esté contenta y su mente se encauce, en un país como Colombia que es un paraíso para la felicidad”, agregó el maestro Fruko durante su presentación en el auditorio Mario Laserna el 22 de febrero de 2020.
Hablar de salsa en el país es, sin duda, también hablar de Fruko y sus inicios. Un legado que arrancó a sus 15 años cuando acompañó a los Corraleros de Majagual y a grandes de la música sabanera como Alfredo Gutiérrez, Lisandro Meza y Calixto Ochoa.
De la música sabanera, Estrada pasó a compartir encuentros con referentes mundiales de la salsa: Tito Puente, Richie Ray, Bobby Cruz, Héctor Lavoe y Willie Colón. Al alternar con ellos, contó que se llevó lo mejor de la sapiencia de las Antillas y su influencia marcó a grupos colombianos como Niche, Joe Arroyo e incluso La 33. Para Estrada la música debe elevar las emociones y de la mano de las letras dejar mensajes que siembren conciencia, le den valor a la vida y energicen el espíritu.
“Fruko logró desarrollar un sonido con identidad local y con un alto nivel de interpretación. Ha participado en más de 7.000 canciones como productor, arreglista, músico o ingeniero de sonido. Su aporte ha sido sin duda vital para la identidad de la música colombiana y su reconocimiento en el mundo”,
Ximena Guerrero, jefa del Centro Cultural de Los Andes.
“Siempre les he dicho a los poetas que pueden trasladar sus letras a la salsa para que sean populares, conocidas y cambien la vida de las personas”, agregó Fruko.
La salsa, siguiendo al maestro, es una sincronía entre la percusión y las letras y ha traído desde hace años alegría para muchas culturas en el mundo.
En su presentación en Los Andes, Fruko y sus Tesos interpretaron las canciones más conocidas, incluyendo la que se considera el himno de la salsa: El preso, que es también la más memorable para Estrada por tratarse de “una obra que mueve y motiva… Se trata de una obra espiritual”.
Fruko, llamado así por su similitud con un personaje de un anuncio publicitario de conservas, sabe que su legado se construyó estudiando y trabajando: en sus palabras, “innovando para trascender”.
En su memoria guarda recuerdos del concierto que marcó su vida musical. Fruko y sus Tesos fue una de las primeras agrupaciones colombianas en presentarse en el Madison Square Garden, en Nueva York.
Frente al futuro de la salsa no tiene duda de que esta seguirá reinventándose como ocurrió con la salsa choque que nació en Nariño. Y ve con optimismo cómo los jóvenes innovan con la música en el país y siguen llegando al exterior.
“Hay una juventud vibrante e inteligente que estudia los clásicos, pero que también explora a través de los efectos cibernéticos. Aún hay una juventud llena de salsa que permite que sigamos avanzando como país”, puntualizó Fruko.
“La salsa es una sincronía entre la percusión y las letras y ha traído desde hace años alegría para muchas culturas en el mundo”.
Julio Ernesto Estrada, Fruko.
