Correr el riesgo para darle vida a un sueño

Hace 4 años, tomó un bus que lo llevó de Fortul (Arauca) a Bogotá. Tenía miedo, pues era el primero de su familia en entrar a una universidad. Hoy lleva con orgullo su grado en Lenguas y Cultura y está a punto de recibir el de Ciencia Política.

Foto de Inocencio Mosquera Montañez.
En 2019, Inocencio fue uno de los 36 líderes colombianos, entre 18 y 28 años, que participaron en el One Young World (en Londres). Este evento convoca a jóvenes de más de 190 países, quienes con sus ideas ayudan a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Foto: Felipe Cazares

El 28 de febrero de 2009, cuando apenas tenía 11 años, Inocencio Mosquera Montañez abrió la puerta de ingreso a la universidad: se inscribió en un programa de lectura del que había recibido noticias por la radio y aunque no le interesaba el tema, quiso ser famoso, cerró los ojos y soñó con que su voz se oyera a través de una emisora.

Ese día salió de su casa campesina para golpear la puerta de la estación radial de Fortul, un municipio del departamento de Arauca marcado por la historia violenta de Colombia, y decirle no al charapo o machete —para la siembra o para la guerra—. Ahí conoció a Álvaro González Blanco, director de la Terulia Fortulee, comenzó a participar en las sesiones de lectura y, luego, lo contrataron en la emisora.

 

 

“Vivir en el campo me dio la disciplina, estudiar en una escuela rural me hizo ser competitivo, crecer en medio de la naturaleza despertó mi curiosidad, los valores cristianos de mi mamá me mantuvieron y la Tertulia Fortulee me hizo conocer otros mundos posibles a través de la lectura”, recuerda Inocencio cuando comparte los factores determinantes que lo llevaron a convertirse en un profesional con doble título de la Universidad de los Andes.

Es así como en 2020, con 22 años, se graduó de la carrera de Lenguas y Cultura y está a punto de terminar Ciencia Política. Hace su práctica en Fundación Corona y está postulándose para cursar una maestría en Alemania.

Gracias a que obtuvo uno de los mejores puntajes en las pruebas Saber Pro se ganó la oportunidad de tener una beca Ser Pilo Paga. Había crecido y estaba feliz. Ya no quería ser famoso, sino profesor de inglés. Sin embargo, don Álvaro le contó de la cantidad de universidades y carreras que podía escoger. “Vi lo que podía aprender en Lenguas y Cultura en Los Andes, me decidí y me presenté”, afirma.

Mientras llegaba la respuesta de la Universidad, Inocencio y su familia tuvieron que aprender a bajarles el volumen a las voces de sus vecinos y a subírselo a sus creencias y sueños. “Escuchar que todos decían que mi hijos nunca saldrían de esta pobreza me dolía porque yo misma a veces creía que era verdad… Pero recordaba que el único que puede cambiar nuestra mentalidad y realidad es Dios. Somos pobres, pero somos hijos de Dios y él todo lo puede”, recuerda Yolanda, su mamá

Cursos virtuales y presenciales de Educación Continua Uniandes

 

“Pensaba en que me iba morir si no me aceptaban, porque lo único que quería era ¡estudiar!”, cuenta Inocencio al acordarse de que, en medio de una jornada de trabajo en la emisora, recibió el correo más esperado de su vida. El asunto: ¡Bienvenido a la Universidad de los Andes!

Sin dudar y sin que el miedo de dejar a su familia lo paralizara, decidió asumir el riesgo académico y social al que se enfrentaba, pues los que sabían algo de Uniandes en Fortul no ahorraban esfuerzos en buscarlo para decirle que iba a fracasar porque no estaba preparado para esa universidad ni para la capital.

El 2 de enero de 2016, a las 5:00 a. m. estaba parado en la estación de Transmilenio de Las Aguas en el centro. Esperaba a quien le mostraría el lugar donde pasaría unas noches. Traía con él su ropa, un computador que le había donado el alcalde de Tame y 400.000 pesos que reunieron en una colecta comunitaria hecha por don Álvaro en la emisora.

Ese día, camino a la fundación en donde pasaría sus primeras noches en Bogotá, vía Choachí, alcanzó a ver el tamaño de la Universidad y contempló la inmensidad de la ciudad. Respiró profundo: “Tenía miedo, pero sabía que para hacer cosas chéveres debía unirme con gente chévere y estar en lugar de excelencia así que ¿por qué no?”.

 

Foto Inocencio Mosquera
Foto: Felipe Cazares

 

Inocencio hoy enfrenta nuevos retos y decisiones. Quiere cursar una maestría por fuera del país, pero también seguir trabajando, hacer muchas cosas por los niños de su región. Hoy se siente más listo que hace unos años. Está seguro de que hizo lo correcto al asumir el riesgo de transformar su historia y la de su familia.

“Hice algo bueno. Aprendí muchas cosas y construí relaciones valiosas. Hoy sé que no importa de dónde vengo, sino mis capacidades. Hoy conozco Bogotá, sé lo que pasa en el mundo, entiendo cómo la historia nos ha impactado y soy más consciente de que absolutamente todo lo que haga repercutirá en mi futuro, en mi región, en mi país”.

Foto Inocencio Mosquera con varios niños.
Inocencio viaja con frecuencia Fortul y se reúne con estudiantes de colegio para contarles su experiencia en la Tertulia Fortulee. Esta charla ocurrió cuando ya cursaba primer semestre de Lenguas y Cultura en Los Andes. Foto: Álvaro González

Haga parte de la campaña de Voluntariado Uniandes Fortulee

La campaña de voluntariado liderada por Inocencio tiene como objetivo incentivar la lectura, promover el pensamiento crítico, generar y fortalecer habilidades de comunicación, impulsar la paz y robustecer el tejido social.

Si quiere participar y seguir transformando la vida de niños y jóvenes de Arauca, en especial de Fortul, únase como voluntario a esta causa. Para más información escriba un correo a i.mosquera@uniandes.edu.co o conéctese por www.facebook.com/tertulialiterariafortulee.arauca