El arsénico es conocido como el “veneno de los reyes y el rey de los venenos”.
Se dice que muchas disputas palaciegas se resolvieron intoxicando a los oponentes, y muchas veces estuvo envuelto en esas estratagemas el arsénico. Lo utilizaban porque los síntomas producidos eran comunes a muchas enfermedades, por lo que en un inicio no se pensaba que fuera un asesinato.
El arsénico tiene varias aplicaciones, como en el tratamiento de madera, en la producción de vidrio o textiles e incluso en tratamientos médicos, por supuesto, con uso restringido.
Este metaloide, el número 33 de la tabla periódica, ha llamado de nuevo la atención, esta vez con objetivos más nobles y lejos de la nobleza.
¿Qué hace atractivo al arsénico?
Tradicionalmente, los semiconductores, esenciales en la industria tecnológica, contienen dióxido de silicio, “casi como un cuarzo muy puro”, explica el geólogo Andrés Rodríguez, quien dicta una clase de minerales críticos en la Universidad de los Andes, Colombia.
Sin embargo, actualmente se está dando un giro hacia el uso de una nueva combinación: galio y arsénico, conocida por sus siglas en inglés como GaAs (Gallium Arsenide).
Esta nueva aleación ofrece ventajas significativas. Los semiconductores de GaAs permiten una movilidad eléctrica hasta siete veces mayor que la del silicio. Además, presentan una eficiencia térmica superior, lo que reduce el sobrecalentamiento.
Estas propiedades permiten diseñar procesadores más potentes en espacios más reducidos, lo que resulta ideal para alimentar tecnologías exigentes como la inteligencia artificial.
Rodríguez cuenta que este elemento ha sido incluido en los últimos años en la lista de materiales críticos en Estados Unidos. Para entrar en este listado deben tener dos características: “primero, que sea importante para la tecnología, y segundo, que tenga riesgo de desabastecimiento”, explica el profesor.
Tener un elemento tóxico despierta preguntas sobre los efectos en la salud de los consumidores. En los dispositivos electrónicos, estos componentes están encapsulados y, con un uso adecuado, no deberían provocar afectaciones.
Los humanos que podrían tener consecuencias son aquellos que entran en contacto con los desechos, aumentando el riesgo de cáncer y lesiones cutáneas. Por eso, la urgencia de protocolos para el manejo de los desechos tecnológicos en general.
¿Por qué le puede interesar a Colombia el arsénico?
China es el gran extractor de minerales críticos en el mundo. Ya incluso no tiene que enviar el material en bruto, sino que lo envía convertido en todo tipo de productos de última tecnología.
“El mismo gobierno [chino] subsidia esas explotaciones. Sigue siendo tal vez uno de los países que cuentan con esas potencialidades para poderlo sacar de manera más barata", explica Rodríguez.
Pero Colombia también tiene una oportunidad, que evalúa el profesor junto a su colega Bogdan Nitescu, del departamento de Geociencias de Uniandes. La respuesta está en los desechos de la minería de oro, especialmente en la cordillera Occidental. En estos hay arsénico, junto con algunos minerales.

Imagen: Envato
El material está en las “colas”, que es como llaman a los lugares donde se deja el desecho de las minas. Ya no habría que hacer socavón para extraerlo; bastaría con separarlo. Para ese proceso, incluso algunos métodos se han probado en otros momentos de la historia de la minería en Colombia.
Esto podría tener un doble beneficio: limpiar zonas de elementos tóxicos y ofrecer uno de esos metales críticos por los que tanto se pelea la industria tecnológica.
El negocio de estos minerales está dominado por China, pero en países como Colombia hay oportunidades de entrar a participar con una explotación responsable con la población y el medio ambiente.