Hoy es común ver hombres que les dan tetero a sus hijos en un parque, mientras buscan en la pañalera la comida de su  hija mayor; o encontrar a otros que dejan ver en una foto de Instagram lágrimas conmovedoras. Esto es parte de lo que se ha denominado masculinidades, así, en plural. 

La imagen hegemónica del hombre fuerte y tosco ya no es el único modelo en muchas sociedades. Ahora hay perfiles que buscan equidad, respeto y sensibilidad, adoptando comportamientos y tareas históricamente femeninas. Pero más allá de los nuevos roles o liberación de los sentimientos, hay una pregunta de fondo: ¿Realmente nos acercamos a una paridad de género? Especialistas en la materia dicen que esas nuevas masculinidades pueden estar simplemente maquillando la desigualdad histórica. 

 

El feminismo: cuestionar los roles 

El Ph. D. José Fernando Serrano, profesor de la clase Poder genero y sexualidad en la Universidad de los Andes, habla de las masculinidades partiendo del feminismo. Señala, entre otras cosas, que este movimiento o corriente de pensamiento ha sido una reacción a la forma en que las sociedades se han organizado priorizando un dominio masculino. 

En estas dinámicas necesariamente se habla de interacciones entre los géneros –más allá de las románticas–, en las que hay una mutua dependencia y afectación. El problema es cuando las sociedades no reparten las mismas cartas para nivelar costos y beneficios en los roles de esas relaciones. 

“Las mujeres han logrado a través de los feminismos y de diferentes procesos de politización, reconocer las cosas que han vivido, denunciar las iniquidades, pero no ha habido un proceso equivalente de reflexión en el caso de los hombres sobre sus condiciones de privilegio, sobre cómo somos parte de ese sistema y lo que eso implica”, dice Serrano. 

Pero ha empezado a darse esa reflexión y los estudios de masculinidades surgen como una continuación de preguntas del feminismo, con las que algunos hombres intentan mostrar roles y comportamientos que culturalmente han estados relacionados con el género opuesto. Pero para Serrano hay el riesgo de que se quede en lo cosmético, impulsado por las redes sociales, porque la brecha mundial de género sigue abierta en el mundo.
 

 

Viralidad Vs Cifras

El Foro Económico Mundial, anualmente lanza el Índice Global de Brecha de Género que evalúa el estado y evolución de la paridad en cuatro dimensiones clave: participación y oportunidades económicas, logro educativo, salud y supervivencia, y empoderamiento político. Indicadores que de igualarse llevarían a un cierre de brechas de género contundente. 

Entre los países con mayor paridad están los nórdicos (Islandia y Finlandia), le siguen los escandinavos (Noruega y Suecia), el quinto es Alemania. Colombia ocupa el puesto 45 en la edición de 2024. 

Según el informe, de seguir la tendencia actual, el mundo tardaría 134 años para alcanzar la paridad

Por eso Serrano prefiere apuntar a esas cifras para no llevarse a engaños. Aunque le parece que esté bien que se intente enmendar la disparidad en estos nuevos comportamientos, prende la alarma para que no se de una falsa ilusión del cierre de la brecha. 

Hoy existe el perfil de “hombre performativo”, aquellos que con la intención de ser atractivos, además de vestir con un atuendo particular –Pantalones anchos, una bolsa de tela al hombro con un muñeco colgando– llevan en la mano un libro de una autora feminista para mostrar afinidad con el movimiento. Pero…

Lo que no se sabe es si en la casa es la mamá o la novia las que se hacen cargo de las labores de cuidado mientras ellos, consciente o inconscientemente, dan por hecho que es el rol femenino. Solo hay un cambio en apariencia. Por lo que, señala el profesor, en esas nuevas masculinidades no habría nada nuevo, por lo menos en lo que se pregona se quiere cambiar.
 

De acuerdo con el ejemplo de Serrano, es una nueva versión de la escena típica del cumpleaños donde el hombre llega con el gran regalo: "El señor aparece como la estrella del asunto mientras que la señora fue la que levantó a la muchachita temprano, la bañó, la llevó, todo lo hizo ella, pero en la foto central es el señor celebrando el cumpleaños”. 

 

"Hace unos años se puso de moda este tema de la metrosexualidad. David Beckham fue el ícono de estos hombres que se maquillan, que usan objetos cosméticos, que aparecen con otras imágenes. Pues eso fue básicamente súper útil para la industria cosmética. Eso no afectó las relaciones de género” – Jose Fernando Serrano, Director del Departamento de Antropología, Uniandes. 
 

Cerrar la brecha

Aunque en ninguno de los países donde se hace la medición hay paridad, en muchos hay avances y el hecho de que se den estas nuevas expresiones masculinas muestra algún tipo de reflexión. Aún así, hay que seguir abriendo los ojos. 

Deberíamos fijarnos a diario en temas de contratación de personal directivo, de igualdad salarial, qué pasa con permisos de paternidad y el cuidado de los hijos o en el fomento de la educación de las mujeres en áreas de la ciencia. 

El tema del género es algo que todos experimentamos a diario y por eso los comportamientos se normalizan, por lo que necesitan hacerse conscientes y tomar acción para buscar paridad en oportunidades y cargas. Ir más allá del maquillaje “es hacer que eso que en apariencia no merece ser cuestionado, pues cuestionarlo, evidenciarlo, decir: ‘ojo que aquí hay una relación desigual, ojo que aquí hay este privilegio'", concluye Serrano.