Hydrilla verticillata: la Ciénaga Grande lucha por respirar

Un invasor verde avanza, pone en jaque la pesca y arriesga la vida palafita. ¿Qué soluciones pueden frenarlo?

Al amanecer, los espejos de agua de la Ciénaga Grande —antes claros y con un poco de olor a sal— aparecen cubiertos por un espeso tapiz verde. Los remos golpean contra la masa vegetal y las canoas avanzan con dificultad entre tallos de la Hydrilla verticillata que se extienden bajo la superficie.

En Nueva Venecia, pueblo palafito de la Ciénaga Grande de Santa Marta, la rutina de pesca y movilidad se encuentra cercada por esta planta acuática que invade el agua con rapidez.

Su irrupción no solo cambia el paisaje; abre un dilema urgente: cómo evitar que este asedio borre la vida de especies nativas y quiebre los modos de subsistencia de comunidades enteras antes de llegar a un punto de no retorno. 

"Los palafitos son unos pueblos que están sobre el agua, no tienen tierra sobre la cual caminar. Hacen sus casas sobre el agua, van a la tienda en canoas, van hacia el pueblo cercano para ir al médico igual. Ahora las lanchas se enredan con estas plantas y es muy difícil moverse", afirma Sandra Vilardy, doctora en Ecología y Medio Ambiente..

¿Qué riesgos genera la Hydrilla en la Ciénaga Grande?

Las especies de plantas invasoras son “uno de los motores de pérdida de biodiversidad reconocidos por el Convenio de Diversidad Biológica”, Vilardy.

En la Ciénaga, la Hydrilla desplaza plantas nativas de ambientes salobres, reduce el oxígeno disponible para las especies acuáticas y altera la calidad del agua.

En menos de un año, la planta pasó de estar ausente a cubrir más de 700 hectáreas del Humedal Ramsar, afectando el hábitat de peces juveniles, anfibios y plantas acuáticas endémicas.

La invasión también impacta la vida de los pueblos palafitos: “Las lanchas se enredan con estas plantas. Es muy difícil moverse porque están inundando la columna de agua”, dice Vilardy.

Más de 3.200 pescadores dependen del ecosistema. La Hydrilla bloquea canales, enreda redes y reduce la presencia de especies comerciales, lo que agrava la crisis económica local.

La descomposición constante de la planta genera malos olores y acelera el deterioro del Humedal. Expertos advierten que, si su cobertura supera el 40 %, la recuperación natural puede volverse imposible.

¿Qué soluciones científicas existen para enfrentar la invasión?

A pesar de su avance acelerado, existen estrategias científicas para mitigar su expansión y favorecer la recuperación del ecosistema. La primera es la remoción mecánica y manual. En otros países, la extracción física ha permitido reducir la cobertura de la planta y en la Ciénaga, Corpamag ya adelanta pilotos con maquinaria amarilla.

Vilardy enfatiza que “lo importante es poder tener unos monitoreos de la afectación de la calidad del agua con esas remociones, porque la solución puede traer efectos colaterales que no queremos”. 

La segunda medida es restablecer el equilibrio salino que históricamente caracterizó al humedal. La pérdida de las bocas de conexión con el mar favoreció a especies de agua dulce como la Hydrilla. Por ello, en palabras de Vilardy, “la solución más importante es volver a restablecer el equilibrio salino para que el agua de mar vuelva a entrar”. 

Un tercer frente es el monitoreo constante y la ciencia comunitaria. El uso de drones, sensores de oxígeno y la participación de pescadores como vigías puede anticipar rebrotes y fortalecer el manejo local. Asímismo, incluir un capítulo específico sobre especies invasoras en el plan de manejo del Humedal Ramsar es una prioridad para la sostenibilidad de la Ciénaga. 

Finalmente, está el reto de la articulación institucional. Aunque existen recursos internacionales, como los Fondos para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés) y el apoyo de la Unión Europea, persiste la dificultad de coordinar acciones. El Comité Nacional de Especies Invasoras ya se reunió para dar lineamientos, pero, según Vilardy, se requiere mayor integración entre las autoridades ambientales y las comunidades locales. 

En ese sentido, la Hydrilla verticillata no solo amenaza a la biodiversidad: pone en riesgo la identidad cultural de los pueblos palafitos y la integridad de un ecosistema de importancia mundial. “La gente está sintiendo que su territorio está siendo invadido por una especie que nunca antes habían visto… está generando mucha angustia”, concluye Vilardy. 

La Hydrilla sigue extendiéndose entre los canales y espejos de agua de la Ciénaga. Cada tallo nuevo recuerda la urgencia de actuar. El desenlace aún no está escrito. Dependerá de que comunidades y autoridades encuentren la manera de devolverle al espacio el equilibrio que alguna vez sostuvo la vida de sus peces, aves y pueblos palafitos. 

Hydrilla verticillata catalogada como especie invasora en más de 40 países

El Ministerio de Ambiente informó que su rápida expansión en la Ciénaga Grande comenzó a alertarse desde octubre de 2024. 

Declaratoria de calamidad pública

La Alcaldía de Sitionuevo declaró calamidad pública para los corregimientos de Nueva Venecia y Buenavista por la “grave emergencia ambiental y sanitaria” causada por la proliferación de la planta.

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Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949 Minjusticia.

Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949 MInjusticia.

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