La desigualdad está en la mente

Lo nuevo es entender que las condiciones de vida, en Latinoamérica, hacen envejecer más rápido el cerebro. ¿Qué puede significar esto en el desarrollo, en la economía y en la vida?

Conexión neuronal
1


Nuestro cerebro

puede ser más viejo

que nuestro registro

civil de nacimiento.

Dieta, ejercicio, sueño,

genética o enfermedades

como el Alzheimer influyen

en la edad cerebral. ¿Qué

más determina si nuestro

cerebro envejece bien o mal?

2

Malos ingresos,

abismos socioeconómicos,

contaminación del aire,

acceso limitado a la salud,

prevalencia de enfermedades

(transmisibles o no) y bajo

nivel educativo inciden en el

envejecimiento del cerebro de

los latinoamericanos.

3

Entonces, en

Latinoamérica,

cuando alguien ya maduro

celebre su cumpleaños, su

cerebro puede tener cinco

años más de edad. Lo acaba

de descubrir el estudio Brain

clocks capture diversity and

disparities in aging and

dementia across

geographically diverse

populations.

4

Y hay más: la diferencia

entre sexos revela una mayor

brecha. Las mujeres en países

con mayor desigualdad de

género exhiben una mayor

atrofia cortical (degradación

gradual de la corteza cerebral

por la disminución de la

población neuronal).

Reloj, cuerpo y mente

María Fernanda Reyes, doctora en Psicogerontología de la Universidad de Valencia, aclara que la vejez no es una enfermedad ni una condición incapacitante, pero explica: “Sí hay cambios neuroanatómicos influyentes en la forma de usar nuestras funciones cognitivas o nuestras funciones mentales”. Pone entre esos cambios la disminución de la capacidad para poner atención a varios estímulos al tiempo o la afectación de la memoria a corto plazo.

 

La factura al sistema

Para Sandra Aguilar, doctora en Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia, estos resultados podrían llevar a las personas activas laboralmente a bajar su productividad. “Las habilidades cognitivas tienen retornos laborales en términos de cuánto produces en un día y con qué calidad”. Sobre los obstáculos para desarrollar políticas y reducir el impacto negativo de los factores externos, la informalidad es determinante. Reduce la recaudación estatal e imposibilita la creación de sistemas de salud fuertes. En el área ambiental ve una fragilidad en los países como Colombia de registrar las emisiones de gases y la contaminación. “No hay capacidad para medir ni para hacer efectivo que se cumplan estas regulaciones”.

 

Diversos y dispares

Para la investigación se evaluaron 5.306 personas, entre pacientes sanos y con patologías de deterioro cognitivo leve, Alzheimer y demencia frontotemporal. Quince países hicieron parte del estudio y se aplicaron dos tecnologías con resultados similares —resonancia magnética funcional y electroencefalograma— para evaluar las disparidades y la diversidad en el envejecimiento cerebral. Se compararon los resultados de habitantes de Argentina, Chile, Colombia, México, Perú, Brasil y Cuba contra los de un grupo de referencia: habitantes de EE. UU., China, Japón, Italia, entre otros.

 

Cuenta para todos

Mientras un buen nivel económico puede dar acceso a mejores servicios de salud o educación, la mala calidad del aire es una afectación más extendida. Colombia ocupó en 2023 el puesto 75 entre los países con más polución. El índice de contaminación media de materia particulada de algunos países participantes en el Estudio fue: México 20,1, Chile 18,8, Italia 15, Colombia 14,1, Japón 9,6 y Reino Unido 7,7.

 

Fuente: IQAir

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En el estudio utilizamos el índice de desigualdad Gini, índices de polución, de cargas de enfermedades transmisibles y no transmisibles, índices de inequidad de género como predictores de la edad cerebral’: Sandra Báez.

Cerebro

Ilustraciones: Luisa Negrete Sanjuan con apoyo en IA (Adobe Firefly), representando la influencia del contexto en nuestros cerebros.

Sandra Báez, una de las autoras principales del estudio Brain clocks capture diversity and disparities in aging and dementia. Es psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia y doctora en Psicología de la Universidad Católica de Argentina. Profesora de principios de neurociencias en la Universidad de los Andes. Entre los autores del estudio también están Agustín Ibáñez y Sebastián Moguilner de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile.

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Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949 Minjusticia.

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