Esta es la historia de cómo las mujeres de Bahía Málaga, en el Pacífico, se unen a científicos e investigadores para preservar una tradición, el ecosistema de la piangua y su economía.
Gabriela prefiere la manicura. Le gusta estar en el pueblo con sus dos hijas. Pero, en días sin clientes, se pone las botas, se recoge las trenzas y se mete en los manglares de La Plata, una vereda de Bahía Málaga a hora y media en lancha de Buenaventura en el Pacífico de Colombia. Busca pianguas para su canasto, para los ceviches y hasta para tamales o empanadas. Busca ese molusco que, sobre todo, le cuadra las cuentas de la casa, aunque hoy esa faena está en riesgo.
Ahora hay menos piangua. Hace cuatro décadas Aura Nelly, la tía de Gabriela, aprendió a inflar el espíritu y a cantar con ese ritmo único de las voces del Pacífico mientras buscaba la piangua en el fango de la marea baja. Aura Nelly, a quien le dicen la ‘Ñata’, aprendió la faena de su mamá. Y se la enseñó a Gabriela. Un saber de ancestros, una herencia oral.
Se sabe poco del molusco. De su ADN, de su población… Y hacer sostenible su recolección es la misión ahora. La de Gabriela, la de Aura Nelly y la de la comunidad. La del proyecto Biodiversidad asociada al modelo agroalimentario sostenible de la piangua, de la Universidad Militar Nueva Granada, el Instituto Alexander von Humboldt, Corpogen y la Universidad de los Andes. Lo financia el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia.
La idea, con los resultados que obtenemos, es ayudar a que este organismo se mantenga en equilibrio.
MARCELA GUEVARA, doctora en Biomedicina, líder del laboratorio GenCore de la Universidad de los Andes
La Plata es una vereda del Consejo Comunitario de Bahía Málaga (Valle del Cauca). Es un territorio colectivo de unas 36 mil hectáreas.
Cerca de 49 % de los habitantes de la zona derivan al menos la mitad de sus ingresos de la recolección de la piangua.
En una jornada, una mujer puede conseguir cerca de 18 docenas de pianguas, que venderá a $2.700 cada una (cifra del año 2023)
La faena requiere de paciencia. Las piangüeras la acompañan con cantos autóctonos, cadenciosos, que contagian el ritmo.
Cada estrofa es un tributo a la naturaleza generosa, que les brinda el sustento. Los cantos reflejan, también, la fortaleza de la comunidad.
Los factores sociales y económicos de la extracción son clave. Para conocerlos, el proyecto de investigación hizo 208 encuentas y se llevan a cabo reuniones con piangüeras de cuatro veredas.
Un vistazo a la piangua. Las mujeres se cercioran del tamaño de cada ejemplar con un pianguómetro. Si es muy joven, debe devolverse a las raíces del manglar.
Fotos: Daniel Álvarez
En el documental que sigue en este hilo, puedes ver a estas mujeres en la faena y a los investigadores que buscan la sostenibilidad de la especie, de la herencia cultural y de la economía de la zona. ⇓
Desde 2017 esta gente trabaja junta: piangüeras, comunidad entera, investigadores de Los Andes… En tomar muestras de la Anadara tuberculosa (alias piangua en lenguaje común), de los suelos y sedimentos del manglar. En estudiar el microbioma, los microorganismos asociados a la especie (ya se constató con argumentos científicos la necesidad de cocinarla para el ceviche como lo venían haciendo las cocineras de la región) y también de los microorganismos del mangle.
En investigar, también, los factores sociales y económicos, además de las dinámicas de extracción y comercio.
Marcela Guevara, doctora en Biomedicina de la Universitat Rovira i Virgili (España), durante la recolección de muestras. Es líder en el laboratorio GenCore. Trasladar la tecnología del laboratorio desde Bogotá hasta Bahía Málaga no solo transformó el proyecto sino que fortaleció el intercambio de conocimientos con la comunidad.
‘La piangua viene a los raiceros…’
A la ‘Ñata’ se le inflaman las emociones en cada faena. Sentada sobre las raíces del manglar, lo dice convencida: conservar vale la pena. Hay mucho recorrido ya hecho. Otro por recorrer.
Parte del laboratorio genético de secuenciación GenCore de la Universidad de Los Andes ha trasladado su sede, en Bogotá, a una mesa Rimax por los caminos de Bahía Málaga. Se ha secuenciado el ADN de la piangua y se ha realizado la clasificación taxonómica de las especies en el sedimento del manglar (metabarcoding). La economista maría Alejandra Vélez publicó la cartilla Piangüemos — Recolección sostenible de la piangua en Bahía Málaga y, en ella, la comunidad ha conocido la biología del molusco y el tramado socio económico de la faena.
Eso, entre múltiples tareas y logros compartidos. En los laboratorios portátiles de los senderos del manglar, los niños de las escuelas observan atentos. Gabriela recibió la cartilla. Todos empujan el proyecto.
En ese diálogo de saberes, la comunidad le cuenta al científico y se empieza a cocrear, se innova entre ambos.
SANTIAGO VALENCIA GONZÁLEZ, Líder ambiental y comunitario — Bahía Málaga
Este especial multimedia fue realizado por el equipo editorial de PUNTOS en Bahía Málaga, Valle del Cauca (Pacífico colombiano), en 2023. Producción: Diego Pinzón Másmela, realización periodística: Mauricio Laguna Cardozo.
Biodiversidad asociada al modelo agroalimentario sostenible de la piangua es un proyecto de las universidades de Los Andes y Militar Nueva Granada, Corpogen y el Instituto Alexander von Humboldt. Es financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia.
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Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949 Minjusticia.
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