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¿Alguien quiere pensar en los niños?

La deuda con la primera infancia

Según los expertos, invertir en la primera infancia es la política más justa, costo-eficiente y transformadora que puede adoptar un país.

Nadie nos pidió esto abrió una conversación que no podía esperar: ¿cómo cuidamos, educamos y acompañamos a los niños en sus primeros años en Colombia?

En este debate, moderado por Arturo Harker Roa, director del Centro Imagina de la Universidad de los Andes, se sentaron tres voces clave: Raquel Bernal, rectora de Los Andes; Carolina Maldonado-Carreño, profesora titular de Educación de la misma institución; y Constanza Alarcón, experta en política pública.

  • ‘Nadie nos pidió esto’ es un espacio de divulgación rigurosa y accesible, respaldado por la excelencia académica de la Universidad de los Andes.
  • A través de voces expertas y enfoques pedagógicos, ofrecemos análisis profundos y datos confiables que ponen en perspectiva los temas económicos y políticos de nuestra sociedad.
  • Transformamos el conocimiento en un bien común, traduciendo la investigación y el pensamiento crítico en un lenguaje claro y cercano.


Invertir temprano es la clave

Los primeros cinco años de un pequeño concentran un potencial asombroso: el cerebro crece a una velocidad sin igual, formando millones de conexiones neuronales que definirán las bases cognitivas, emocionales y sociales para toda la vida. Según UNICEF, es una celeridad que nunca se repetirá a lo largo de la vida de un ser humano. 

Raquel Bernal lo explica con claridad: “En los cinco, seis y siete años de un niño surge el período de mayor plasticidad. Ahí, es más fácil lograr las conexiones neuronales de las que dependen las principales funciones humanas”.

Esa afirmación está apoyada por estudios que muestran cómo la estimulación temprana, combinada con cuidados nutricionales adecuados, puede moldear positivamente redes clave para el aprendizaje, el lenguaje y la salud mental.

Esta visión, según Constanza Alarcón, tiene raíces históricas en las políticas globales. De hecho, debido a estas investigaciones, la Convención Internacional de los Derechos del Niño tardó más de diez años en redactarse, marcando un antes y un después en cómo los países estructuran su compromiso con los más pequeños.


¿Cobertura insuficiente?

Como parte de su estrategia para atender a niños, niñas y adolescentes, Colombia implementó la Ruta Integral de Atenciones (RIA), que articula salud, nutrición, educación, protección e identidad en una política intersectorial.

Sin embargo, el acceso real sigue siendo limitado: según datos recientes, apenas el 33 % de los niños de cero a cinco años ha sido atendido bajo la estrategia “De Cero a Siempre” del ICBF. Esto confirma que hay un desajuste entre el marco normativo y la cobertura efectiva.

Alarcón advirtió que existe un problema estructural: “Tenemos una dificultad grande para traducir el derecho en una oferta concreta. Ahí es donde hay discusión, porque cuando hablamos de eso no solo se trata de un paquete de servicios, sino también, por ejemplo, de un entorno familiar acogedor, que no siempre se reconoce como tal”.

Esa brecha, entre la practica y la ley, advierte que mejorar la atención en los primeros años es clave. Según Bernal, esos déficits tempranos en la política pueden traducirse en disparidades sociales y económicas profundas en la adultez.

La Rectora de Los Andes, evidenció dichas desigualdades persistentes explicando que “en Colombia, los estudios han evidenciado que a los cinco años un niño de estrato alto habla como debería comunicarse un infante de su edad, pero el mismo niño en un estrato bajo puede tener año y medio de retraso en su vocabulario”.  


Un consenso inaplazable

Para Bernal, la primera infancia no es solo “otra” política más: es la más eficiente, la que realmente transforma. 

Invertir en la niñez temprana resulta, según el ICBF, ser una de las estrategias más efectivas para reducir la pobreza al potenciar las habilidades cognitivas, motoras y de comunicación de los niños.

Estudios de costo-beneficio también respaldan esta idea. Por ejemplo, el Departamento Nacional de Planeación calcula que los Hogares Comunitarios —un modelo de atención a la primera infancia en Colombia— generan retornos económicos superiores a los costos invertidos.

Carolina Maldonado-Carreño cierra con una advertencia que no admite excusas: la primera infancia no espera. “Se nos puede pasar una generación”, sostuvo, recordando que lo urgente es actuar, garantizar y medir. 

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Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949 Minjusticia.

Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949 MInjusticia.

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